«el moro que ante nos acompañaua empacho la naue diziendo a vozes que se le deuian ahun veynte y quatro ducados de oro los quales fueron primero pagados al huesped calino de Babilonia: y por que justicia ende no hauia sino ladrones y mala gente para los cristianos y peregrinos hizo se de fuerça otra vez pagar. Assi partimos por otro braço de Nylo ayuso tirando con cuerdas muy vagarosas: y en esto vn moro andaua de fuera»