«la espada en·la mano dio vozes: y a todos dixo que por orden le siguiessen. Tanto fue la priessa que se dieron por le seguir: que sin sperar los vnos a·los otros iuan como a porfia sobre qual llegaria primero. Salidos todos al campo ordeno el rey sus esquadras y encomendado a cadaqual el officio logar y grado que mas le conuenia: subieron luego el recuesto arriba y firieron en los moros: que»