«esforçados coraçones y sentir·os tan buen derecho: que no dudays de acometer salir con qualquier empresa y victoria que tan real titulo requiere: y que teneys confiança por·ende que hauemos no digo a vencer: mas a sojuzgar los enemigos y a reynar sobre aquellos: que por el reynar se llama rey el que reyna: que no por el nombre. Ya me pareçe que adeuinays lo que la grandeza de vuestros nobles coraçones mereçe»