«la emperadriz entonce vencida de tantos ruegos de tantas lagrimas y tan publico reconoscimiento de su crimen grande perdono los y por amor de Dios principalmente: que a el auia en su afruenta y angustia recurrido: y de solo aquel hauia ella confiado: y a el atribuya la tanta merced que le hauia fecho en sacar la con tanta honrra de peligro tan grande: mas suplico al emperador que en seƱal de alguna emienda por la»