«y entre las turmas y alaridos quando las bozes del cauallero son abiuadas les cresce mucho su coraçon y van encendidos entre las lanças: y tan ganosos que sin temor entran por ellas. Si cae su dueño no solo atiende para que buelua otra vez en silla: que siendo en tierra si dañar le quieren con todas sus fuerças muy bien lo defiende. Tan esforçado y brauo se muestra que si Dios le diera vñas de»