«riqua y el enamorado pobre y socorrjdo de aquella aquj te diguo que abras menester bien todas tus fuerças y manyas: que la vjuda por los plazeres del marjdo perdidos, con·el deseo de sentir los: viendo se suelta y sin temor de njnguno qu·es la cosa que menos sus deleytes ocupa: saluo vna poca verguença la qual presume con·su discreto comunjcar remediar aquella. Depues aquexada del pensamjento de jnfinjtos plazeres abra praticando con»