«poder de scoger aquella que mas agradable fuese al querer suyo. Y pues sin costrenjmjento quedamos: y nuestro apetito por no tener lugar çierto qujere y no qujere cadaldia mil cosas: como presumjs vos que solo palabras fuesen sufiçientes de defender ni qujtar lo que natural condiçion jnclina a fuerça? De otra parte no me maraujllo por que todas las cosas son conoçidas y entendidas segunt condiçion y saber de aquellos que las conoçen: y aqui»