«de riquezas y hauer fallaron tantos cauallos azemilas sillas espadas y jaezes que no sabian como las leuar: quedaron todos ricos de tan sobrado y excellente despojo. Fueron recebidos en·la ciudad con desigualado triunfo alegria y plazer. Suplico el Cid al rey que escogiesse de su palacio lo que mas le pluguiesse y repartiesse por sus caualleros como en su corte solia fazer lo: recibio de·lo mas esmerado de mano del Çyd el magnanimo rey»