«los cauallos la qual estira mucho los neruios por todos los miembros: y a vezes trahe gran hinchazon. En tal manera atiesta el cuero que a penas pueden tomar de aquel ni ahun le emprimen: y va de tal suerte como sangre hundida y se empacha: y algunas vezes le lloran los ojos. Y esto viene quando el cauallo mucho caliente y encendido le fazen poner en lugar frio donde se estiran los dichos neruios y»