«no le tenia en figura de constante ni le guardaua tanto amor que el podiesse assegurar·se: mas que siempre se afficionaua mas al rey que a nigun otro: començo a desconfiar de su dicha que siempre a·los tales los acusa la consciencia: y como se viesse quasi çercado por cada parte que por la mar salir no podia sin dar en la armada del rey: por la tierra menos osaua que el principe de Taranto»