«amaneçieron primero que ni en Greçia ni en Roma. Desengañen se pues los tan engañados romanos y griegos que todo lo atribuyen a si: y den gracias al tanto descuydo de nuestros tan lerdos y oluidadizos escriptores: que tanto supieron del mucho callar: que ahun lo poco que de aca fallamos saluo a·lumbre de pajas no lo descubrimos: antes lo mas de quanto falle: falle tan callado: mas tan sepultado quasi por la»