«cerraduras ante la qual hallamos las guardas con sus armas puestas porque ninguno alla entrar pueda. Y ende houimos de pagar algun dinero para que mejor entrar nos dexassen porque la viña del balsamo puro queda cerrada con las dichas tapias y cerraduras: lo qual haziendo luego nos entraron por esta forma. Nuestro calino entraua primero y empues d·el .vj. de nosotros los quales salidos entrauan otros por la misma forma: y ende vimos con los»