«a vos misma: y pensat que ninguno merece victoria de tan manyo vencimiento como aquell que pudo y supo soiuzgar sus apetitos: y vencidos no hay fuerça de tanto vigor que no se vença: y vuestro magnanimo coraçon tienda las velas contra la batalla de amor con los remos de discrecion nauegando en los golfos de sus mares y habreys bonança. O quanto es de loar aquell que contra las aduersidades muestra la su cara alegre:»