«dizes? Faz te la señal de·la cruz. E el respuso con muchas lagrimas: diziendo. Quiero me santiguar: mas no puedo: ca las escatas d·este dragon me atormentan. Como los religiosos oyeron esto tendidos por el suelo començaron con lagrimas de fazer oracion con mayor esfuerço: porque se saluasse. E luego subitamente el doliente començo de gritar a vozes. Fago gracias a Dios: que el dragon que me hauia»