«solemnemente y en presencia de moros y cristianos porque mayor gloria la fe d·ello recibiesse: y el sancto rey don Jayme gozasse de mayor fama: y todo el mundo sintiesse quan adelante su nombre alabança y honrra se tendia y derramaua que fasta los enemigos mismos no se fartauan de le pregonar y subir. Llegando en fin la vejez del siempre victorioso y bienauenturado rey don Jayme començo de anocheçer nuestra España y a sentir el agrauio»