«dos mil quinientos años y ahun mas: que tantos quasi deue o puede hauer que el buen don Hector fino: que digo fino? Mas que començo para siempre a viuir. Pensad pues ora vos que tan gran thesoro de gloria y gloria tan immortal deue la virtud tener para si: quando fasta sus rapazes dexa tan ricos y tan llenos de immortalidad: que fasta de·los mortales pueden immortales fazer: mas sentid y reconoçed»