«son dulces. E las tribulaciones amargas. Mas quien no beuera de grado el vaso de·la tribulacion: temiendo el fuego del infierno sin fin: o quien no menospreciara la dulcedumbre del mundo: yendo con·la boca abierta a·los bienes de·la vida eterna. Lee se en·la historia: e coronica del glorioso san Joan Euangelista que vnos ricos conuertidos por su predicacion: dexaron toda su hazienda. E despues viendo sus sieruos puestos»