«el amor de·la mujer dicha le demando vn paño blanco donde alimpiando el sudor de su vulto dexo la ymagen de su faz preciosa: la qual guardo esta mujer santa como reliquia tan excellente de su maestro. Despues Tiberio emperador de·los romanos cayo en vna dolencia muy graue y no fallando remedio alguno fue la Veronica en Roma leuada sabida la grande reliquia suya: donde veniendo luego que Tiberio toco el vulto y faz preciosa fue»