«; e de aqueste atal amor de concupiçençia se puede dezir que tracta la regla de amor. Non puede negar el enamorado ninguna parte de·la su pena, ca el ome enamorado jamas non se puede fartar. Todos tienpos es e se muestra enamorado, en publico y en ascondido, esto por la soptuosa vista es muy discreto, por la continua ymaginaçion de·la cosa que ama. E d·esto ha muy gran pena,»