«que no sojuzgasse aquel principado de·los caualleros de Hierusalem o Sant Johan de Rodas que segun el otro de Constantinoble es muy pequeño: todas estas fueron las marauillas del muy alto Dios: pues demos le gracias que nos libro de·las tyranas manos infieles los quales hauian aparejado formas diuersas para tormentar el pueblo de Christo pensando tener la ciudad por suya. Despues de·la dicha pelea terrible llegaron los turcos el real y tiendas a·la piedra primera todos»