«e resucitado e buelto al mundo: conto el misterio a quantos delante le venian. E despues dio se a tantos ayunos e vigilias, que ahun que callaua: empero su vida mostraua bien el hauer visto los tormentos del infierno. La segunda condicion es la muchedumbre de tormentos diuersos: ca el numero de·las penas es quasi infinito. Onde el Psalmista dize. Cercaron me enderredor los males, que no tienen cuenta .»