«como quiera que yo como rey y señor cabeça y protector de·la cosa publica sea obligado en la conseruacion de·la ciudat y para ello no me faltassen formas en proueer que la ciudat no se perdiesse. Empero quiero tomar el camjno honesto y justo de manera que los ecclesiasticos no puedan a ello contradezir. Y cumple assi se faga pues ellos tan poco mjran por la restauracion de·la dicha ciudat de·la qual ellos son parte»