«en Jerusalem son muchos d·ellos y tienen obispo que por costumbre antigo trae dos cerros criados de sus cabellos que a cada parte de·la cabeça le cuelgan de alto fasta las sienes: y el con todos sus sacerdotes traen coronas anchas y redondas: en otra manera barba ni cabello rapar no consienten. Sus capellanes entre las otras naciones que vimos van en habito muy honesto y mejor se trahen vestiendo paños de poco precio con mucha»