«la ventura a tal stado vos atrahen que la senyora vuestra vençays no abre menester scusas ya que vos por vos mismo conocereys que tengo razon. Mas porque mereçe vuestro valer que yo en mayores cosas os obedezca me plaze acceptar vuestro ruego: y como lo pediys lo quiero que se haga: y vamos ya a ver aquella que por·uentura mas fatiga que deleyte le puede causar mi vista: pues yo no voy de proposito de»