«podrias creer. E preguntada por la honesta muger que causa era aquella de que hauia seydo tanto tribulada: respondio la vieja. Ruego te que non digas nada a tu marido de·lo que te quiero dezir: ni te muestres a el triste ni turbada mas alegramente lo rescibe. La causa de mi tribulacion fue esta. El tiene vna manceba cuyo nombre callo por honrra: e reuerencia suya: la qual es cada dia visitada»