«o de·la luna siempre acostumbran en tales agueros con mayor affecion y diligencia mirar. Entramos nosotros amaneciendo con nuestro trucheman en·el palacio del gran soldan donde miramos el gran orden y forma de su seruicio y la gran turma de los seruidores: vimos los cauallos tantos que hauia las cauallerizas grandes y anchas con las diuersas habitaciones las quales seria de screuir prolixo y mas dificil ahun de creer. Ende primero vimos el palacio que por»