«cara sancta sobre tu santuario el qual es desierto. Mira señor de tu alta silla dende tu assiento piensa de nosotros. O nuestro Dios y por ti mesmo inclina señor la tu oreja abaxa te y oye. Abre tus ojos y vey la nuestra tribulacion: y sobre aquella ciudad tuya sagrada sobre la qual es el tu nombre ya inuocado. Eres tu señor de todo el mundo y no hay quien pueda resistir a tu magestad»