«muy gran priessa encendida de·la furiosa sanya cesso de razonar entre si lamentando prosigue las quexas y lastimas començadas y dize assi. § Affortunada de ti Fiometa qual sperança te sostiene pues ninguna cosa que vida te pueda dar es tuya: con que viues: si piensas bien en tus perdidas y iuzgas a ti misma y tus males quien diras que eres? Tu ensuziamiento de limpio matrimonio: robadora de·la honra de tu marido no mereçedor»