«su labrança ençerrauan·se en·el fuerte muro de·los mayores lugares. Recogendo se en·las fortalezas e casas altas. Tanto era el temor que del dicho leon avian. Oyendo esto el virtuoso e valiente cauallero Hercules. Acorrio e ayudo al hermamiento e daño que resçibian los de aquella tierra. Non aviendo miedo. Maguer oyera dezir de otros muchos caualleros que de ante d·el auian dudado matar el leon dicho. E algunos que»