«marido con que tantos temores me pones: yo staua dudosa porque no todas las que peccan padecen luego la pena: mayormente que yo por mi adulterio mas penitencia que muerte me busco. Y la fortuna y los diozes vsarian mas de crueltad que de iusticia si otro verdugo buscassen sino a ti para satisfazer a hun yerro que tan comun a·las mujeres conteçe. Pues para esto sin mas morir de·lo muerto debria el cielo y»