«dezir se puede que dias y noches haya cercado nuestra ciudad mucha malicia. Es el trabajo en meatad de nosotros puesto con muy poca iusticia: no fallescera de nuestras plaças vsura y engaño. Y començando de·los varones y capellanes de·la yglesia con mano tremiente turbado stillo y mucho dolor escriuiere por todo comun: empero sea con la reuerencia que se acostumbra siquiere deue guardar en algunos. Qual no vera como el oro es»