«le sean muy enojosas: porque ninguna despues de·la nuestra el nombre de fe merecer no puede. Empero dexando lo ya muy cierto de·la fe nuestra veamos donde haya nacido el fundamiento de tanto yerro: porque aquel vencido y muerto le caya encima todo lo mas alto de su hedificio. Dize se que toma esto principio ( el qual a muchos pierde y daña ) en·la muchedumbre de·la dañada y poca hueste de·los»