«lo mismo dezia el maestro Jorge que de·los turcos era passado. La coz del tiro gruesso que daua en·el asiento hazia mouer los edificios de·la ciudad como terratremol. Y perdida ya la esperança de·los adarbes con gran diligencia enfortalecian los boluartes y cauas por dentro: encima de todo esto asentaron grandes trabucos que dias y noches lançauan las piedras entre las casas cuyo trabajo no fue poco spanto para los nuestros: empero»