«a fablar con·el mendigo escasso inuidioso y tan çeuil coronista que lo començo a escreuir y no supo acabar lo. En punto estoy de culpar nuestra nacion en tal caso que de sobrado comedimiento y verguença dexan de poner adelante lo que la virtud esclareçida mereçe: mas que faremos al virtuoso que ya de·la misma virtud queda tan satisfecho contento y gozoso que no le toma codicia de buscar otro premio ni mas loor: antes le»