«vozes de tan dulces y suaues cantares de tan especiales y marauillosos instrumentos de alabanças tan celestiales y diuinas que todos conocieron que la caualleria de·los cielos el real de·los sanctos angeles salian a recebir a su rey. Venian de alla de·la corte del eterno padre a festejar el eterno fijo y a pregonar las marauillas del eterno principe Cristo que de tan celestial tan ardiente y subido carmesi se hauia esse dia vestido por fauoreçer aquel»