«e nosotros no somos saluos. Dende viene que aquel deuoto Effren nos amoniesta: diziendo. Amigos ruego vos: amados mios suplico os: velad en·este breue tiempo: porfiad en aquesta hora onzena: ca ya es venida la noche: e el remunerador verna con mucha gloria a pagar a cadavno segun sus obras. Pues por los enxemplos se muestra, que la memoria de·la muerte, trahe al hombre a fazer penitencia .»