«le matauan a montones los hombres: y no podiendo se remediar creçian·le los enojos las fiebres acreçentauan y el caminar que le agrauiaua ya mucho mas: a que houo de peligrar en fin en grado tan estremo que vino a estar quasi a merced del rey don Pedro: el qual fue tan de alto y real coraçon contra sus enemigos que de que vido que Dios fazia parte en su fecho puso tiento en su espada:»