«fasta el menor de·la compañia: y quanto fallaron assi de monedas como de qualquier cosa de nueuo pagamos el diezmo dexando por quitos y francos los religiosos y capellanes. Esto ya hecho que la entrada se nos otorgo vimos las ruynas y destruciones que dentro hauia: tanto que houimos a marauilla como tan triste y miserable ciudad tenia las torres y cerco tan fuertes y bien guardadas. Al cabo traydos en el palacio del rey de»