«todo les offrecio los deleytes grandes del parayso: assi que andauan en la batalla tan encendidos como si houieran de saluar sus almas tenian el ojo puesto en las huertas de·los persianos que se precian en·los tener muy adreçados: y estos ahun les prometio este porcino engañador despues de hauida por ellos victoria para que gozassen aca del plazer y despues de muertos. § Quando quisiere impugnar alguno que han seguido esta mala secta muchos philosofos y»