«con tal pensamiento passo la mano mas desenbuelta en lo dudoso viendo que delante vuestra señoria fauor cobrara lo menos bien dicho y no reprehension lo mal ordenado: bien se que me dexo las alabanças que ponen algunos a quien adreçan sus obras y libros: empero aquellas ni pierde oluido ni la voluntad faze menores: son ellas tan claras y conocidas que no supiera llegar a su medio ni dar el assiento que merecian: por·ende me»