«podemos seruir a Dios e al demonio. O yo me engaño, o a·la postre seran engañados los que no me creen, quando sus riquezas hauran passado a pobreza. El rico cadaldia comia manjares escogidos: e vestia escarlata, e tela muy delgada. Empero despues de muerto, lo que no quiso en vida creer a Moyses, sintio puesto en·los tormentos. Esto mismo parece assomar Bernardo en·el razonamiento de Simon Pedro,»