«de ellas con nuestros males se alegran y mas ledo que nunca biue. Pues señor que mayor desaventura puede ser que la de·los amantes tener toda su vida oficio de mendiguar y pidir merced y limosna a quyen siente vicios con nuestros males, y quanto son graues cosas de sentir tener estrecha necessidat, y esperar el remedio de quyen ha plazer con ella, y al mas alto rey y principe del mundo se alcança audiencia con»