«y qual pena Pamphilo puedo yo de ti recebir que con la gloria de ver te me duelga ninguna cosa: por cierto no pienses que mis plazeres me duelgan: que las cruezas de tus manos con gran numero de affanes la oluidança me han causado: no se como sostener las fatigas en que tu me has deparado que ni mi fuerça para scriuir las ni tu paciencia para oyr las bastaria: solo que en ver me hallaras»