«nuestros oios se detouiesen mirando·los, pues que dire de·las luzidas damas en cuyo pontifical toda la gloria del cielo y tierra estaua? Y dexando el lohar d·esta maravillosa gente y prosiguyendo mj proposito ellos con los biuos mesclados vnos a otros profiriendo·se cada vno festejaua a aquel o aquella que mas su voluntad a la suya era conforme, y los muy estrangeros y jamas conoscidos en poco espacio se hallaron ermanos o muy amjgables»