«pequeños empero heridas destempres y llagas de gran hinchazon: ninguno se halla que los deseos desordenados refrene o ate con la faxa de castidad: no se fallaria quien cure la rabia de auaricia con melezinas de·la pobreza no biue tal hombre: quien la hinchada llaga de·la soberbia pueda bien curar con el empastro de·la humildad no lo sabemos: y la fedeonda luxuria donde no penetra donde no rompio fasta ser subida entre las purpuras»