«guarda te e diligentemiente atiende ni con mal hombre fables. Llorante e temiente solemos guardar: por que no mal vse la solitud. Nenguno es de·los imprudentes que deua ser dexado a si. Entonçes los malos consejos agitan. Entonçes o a otros o a si mesmos peligros auenidoros jnstruyen. Entonçes cupdiçias reprouadas ordenan. Entonçes toda cosa que o por temor o por venguença la mano escondia el animo expone. Entonçes aguza la audaçia»