«quien las senyorea. Digo que es bien ca njngunas otras armas quedan a su vencida delicadez pora redreçar su libertat e deffender·se de·los viriles denuestos, sino aquellas que las ha dexado amor. Loable estucia es por agradables complacimientos atraher a su volundat de aquell que indeuidamente a mandar se dispone. Mas di ombre no ombre, si cargo de mugeres te plaze, puesto que verdaderos fuessen quantos crimjnes de donas porias penssar, es»