«agora qualquiere tristura, para·que participemos de tanto bien e gloria. Assechen pues los demonios, e aparejen sus tentaciones. E los ayunos: quebranten el cuerpo: e el cilicio le apremie: e los trabajos le agrauien: e las vigilias le adelgazen. Llame me este: e enoje me aquel. El frio me encoja: e la calura me queme. Duelga la cabeça. Sequen se los pechos. Fincha se el»