«vencieron los mas crudos y saluajes de·los emperadores que a Cristo perseguieron: que fueron Diocleciano y Maximiano: mas el mas fiero y pauoroso ministro que ellos touieron: que fue Daciano: cuya espantosa crueza tanto dize el Augustino que a·la postre excedio que se espanta y se detiene por no fallar ni ahun palabras con que la desygual constancia del marauilloso Vincente: y la feroçidad pauorosa del carniçero tan saluaje y cruel que despedaçaua mas»