«por su seruicio. Por consiguiente poned ante vuestros ojos este juhez de tanto miedo: e espanto. E temed a este venidero. Porque quando viniere: no le mireis con miedo: mas con seguridad. PorĀ·ende agora deueis temer: porque entonces no le temais. Exercite nos el espanto de aquel: a vso de bien obrar: e su miedo refrene la vida nuestra: e aparte la de qualquiere maldad. Creed me»